La verdad os hará libres,
dijo un sabio alguna vez,
¿Por que no habrá dicho también,
Que libre no implica feliz?
La verdad os hará libres,
Cuanta razón pudo tener,
pero olvido los dolores,
que aquello pudiera traer.
¿Cuantos corazones se han roto,
bajo la insignia de aquel fatal emblema?
¡La verdad os hará libres!
¡No, no, no, espera!
Porque a veces es mejor callar,
y dejar que adentro muero.
No mentir,
disimular,
omitir hasta que la verdad se muera.
Y no le haga más daño a nadie,
salvo al alma negra,
que se enmohece por la rabia,
de no sacar la verdad fuera.
La verdad os hará libre,
y se llevará con ella a los que pueda.
A la Sombra de la Luna 
¡Qué gran verdad los versos finales!
A mí me gusta contestar al filósofo y decir:
«El conocimiento es libertad, pero la libertad no es cómoda.»
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Ya lo dijo mi maestro:
-«no hay nada más misericordioso en el mundo que la incapacidad del cerebro
humano de correlacionar todos sus contenidos. Vivimos en una plácida isla de ignorancia en medio de
mares negros e infinitos, pero no fue concebido que debiéramos llegar muy lejos. Hasta el momento las
ciencias, cada una orientada en su propia dirección, nos han causado poco daño; pero algún día, la
reconstrucción de conocimientos dispersos nos dará a conocer tan terribles panorámicas de la realidad, y
lo terrorífico del lugar que ocupamos en ella, que sólo podremos enloquecer como consecuencia de tal
revelación, o huir de la mortífera luz hacia la paz y seguridad de una nueva era de tinieblas.»-
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El Lovecraft puede que haya sido un cabrón racista —también hay que considerar las circunstacias histórico – culturales—, pero en otros aspectos, indudablemente, es grande entre los grandes.
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El más grande…
Aunque para acotar, siendo racista se caso con una judía, se carteó con homosexuales y con muchas otras minorías. Se crío de una manera pero al final de sus tiempos, los que lamentablemente fueron tan cortos, comenzó a entender al fin el mundo y a abrir los ojos que la infancia encerrada le habían cerrado.
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A eso me refería, pero yo lo he dicho en siete palabras… claro, faltaba espacio para los matices 😀
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Jajajaja, eso si, ha tenido usted el don de la abreviación.
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Por cierto, que bueno que os haya gustado
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En efecto, la verdad suele doler, suele escocer. Pero la prefiero. Nunca he querido ser alguien feliz si eso implicaba estar engañado. Que me duela si es preciso, pero que conozca la verdad 😉
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Me entrometo:
«Tú dame la verdad que ya pongo yo la aspirina».
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Yo desde el punto de vista del engañado haría lo mismo… pero desde el punto de vista del opresor también callaría. Es mi incongruencia personal.
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Gran frase 😀 😀 😀
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Pero que gran peso recae sobre el que guarda la verdad, de decidir si entregarla y dañar o guardársela y proteger.
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Bueno… ahí entramos en las procelosas aguas de la información como poder y la potencialidad de liberación de la misma.
Me recuerda a San Manuel Bueno, mártir (Unamuno), gran obrita sobre las consecuencias de la verdad y la felicidad.
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Voy a buscarla ya que no esta dentro de mis conocimientos.
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