Donde la Luna ya no brilla

Donde la luna ya no brilla.
De la luz imperecedera
duermen las semillas
debajo de la tierra.

Yace la esperanza maniatada
en capullos de papel mache y madera,
larvas de una vida pasada,
larvas de otra era.

¿Volverán a elevarse las Actias Luna,
En las noches sin estrellas?
¿Ahora que la Luna ya no brilla,
volverán a brillar ellas?

Duermen los capullos bajo tierra,
cubiertos de rutina y olvido.
Ocultos de la ruina y de la guerra,
Sólo confiando en el Destino.

Dice la profecía de la espera,
de aquellos que el rostro esconden.
«Volverá a remecerse la Tierra,
cuando atraviese el cielo su nombre».

«Se derrumbarán los montes,
se separará el suelo,
brotarán d aquellos que se esconden
sus manos estirándose al cielo».

Cuando se cumpla la profecía,
todo comenzará de nuevo,
Sed, mientras, albores del nuevo día,
encerradas dentro de vuestros huevos.

Sed, mientras, la esperanza escondida
detrás de la máscara del secreto,
Donde la Luna ya no brilla,
donde duermen hasta los sueños.

Blanca Actias Luna

Un ruido en la noche,
apenas un chasquido.
La cáscara rota,
la larva, al fin, a crecido.

Escondida bajo una máscara,
ha soportado inundaciones,
pisadas y mordiscos,
y un aluvión de emociones.

Surge de su capullo
en dos partido,
empolvada en plateado,
y toques verdemarino.

Blanca Actias Luna,
alza el vuelo buscando su consuelo.
mientras cada batida de sus alas,
provoca en un corazón, tormento.

Así, recorre el cielo la polilla,
en búsqueda de la Luz perdida,
A la sombra de la Luna,
en la tierra de las mentiras.

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Quinto Acto

La máscara baja,
a lo profundo.
De tanto vagar, en su búsqueda,
el danzante ha perdido el rumbo.
Sus pies ha gastado,
y tras las manos,
sólo el cuerpo le ha quedado.
Una larva apenada, un triste gusano,
vaga de lado a lado del escenario.
En mar se ha convertido su llanto.
Un caracol, la máscara de casco,
que va desapareciendo sin dejar rastro.
Así como los mismos versos,
también se van acabando.

Larva muerta.

La larva se mueve,
La luz ya no brilla,
ya se acabó la esencia divina,
Los demonios se han ido,
el agua salada,
no fluye sobre la tierra.
La larva se mueve,
apenas respira,
se retuerce en su sueño intranquila.
Le llega un aroma,
esencia asesina,
y el gruñido de los lobos que la hayan dormida.
La larva se mueve.
Atemorizada y encogida,
Ya no hay luz que brilla,
no hay alimento,
quizás no es tan tarde para dejar atrás la vida.
Aúllan los Lobos al aire,
por que no hay nada a que aullarle.
La larva se mueve
sin darse cuenta de que esta despierta.
Los dientes se acercan,
y es tibio el aliento de las fieras,
La larva se mueve,
se cobija en la calidez de la muerte,
algo cálido al fin, piensa.
mejor este abrazo de dientes,
que el frío toque de la Tierra.

Triunfo

Encontró el demonio buscando en el suelo.
A la larva agazapada de la humanidad durmiendo su consuelo.
Se ocultaba en la esquina de un máscara de hombre tallada,
a la criatura oculta escrutó con la mirada.
Aprecio su fuerza y su perseverancia,
por alcanzar la esquiva luminiscencia,
de esa Luna que cada vez más se alejaba.
-Acaso ¿No se rendía la conciencia?
¿De donde saca tanta fuerza?
¿No moría la esperanza?-
Levantó a la larva inmunda
hasta un suave rayo de luna.
Y vio como vibraba, crecía,
como se hinchaba agradecida.
Ensanchó la sonrisa.
Realmente es admirable su voluntad,
cómo aun inútil hace frente a la verdad.
Solo había una cosa que el demonio admiraba más,
más que la persistencia y la humildad.
y ere ese regusto ácido cuando llegaba al centro.
Pensó mientras desprendía al insecto.
y  lo dejaba caer con ansias en su boca.
-mm… humanidad, tu sabor me vuelve loca-

Crisálida

¿Llora la larva al convertirse en capullo?
Se acomoda herida y se duerme en un arrullo.
en su lecho de hojas de oro y espinas,
retoza, retoza y se queda dormida.

¿Extrañara la tierra en la que siempre ha morado?
¿Se preguntara por las rocas que atrás ha dejado?
¿Se llenara de pesar su alma al recordar
las historias y recuerdos que deja atrás?

cuando la seda enmascare su cuerpo,
Y cuando se endurezca por fuera,
como ya lo hizo por dentro.
Suspirara la larva un lamento.

Mas aun así sigue adelante,
Ignorante al ave que, acechante,
está pendiente de sus movimientos,
despreciando su atrevimiento.

Hoy, en la crisálida hay una grieta.
que recorre desde los pies inquieta
hasta llegar hasta la base de su espalda,
¿significara eso que ya abrirá sus alas?

Arriba en lo alto el cielo le espera,
Y en ese cielo la Luna inquieta.
También espera el ave del mundo a su vera,
lista para devorar sus alas y devolverle a la tierra.

La luz de la luna ha llenado su cuerpo de alas,
le ha instado a pensar en un nuevo mañana.
La tierra de sus pies se ha despedido,
pronta esta la larva a dejar su nido.

Y ahora que el tiempo ha llegado,
¿llorara ahí dentro escondido?
¿Y cual sera luego su destino?
¿la seguridad de la tierra o el cielo divino?