Yace en su cubil la Loba,
ha parido con dolor,
el hijo de Loki se aleja
de sus intrigas y su pasión.
Es la tierra firme,
es el monstruo apocador.
Quien devorara a la Luna
y devorara el Sol.
Se yergue a la entrada de la cueva,
el hocico apuntando el cielo,
las cuatro patas en el suelo,
no hay inestabilidad en él.
Nada que deba temer,
pues sabe que en algún momento,
tendrá que vencer.
Temed a Fenrir, el Trol
temed a Fenrir el Lobo,
temed a Fenrir que si lo dejáis,
devorara todo su mundo.
Lloraran los cuervos volando apenas,
lloraran mientras él se relame,
y sonreirá mientras sus hermanos,
se despojan lo restos divinos
e ignoran los restos humanos.
Huid del lobo y su camada,
devoran el alma y dejan la carne,
en el suelo de su morada,
como si fuera una cascara vacía,
como máscaras desusadas.