Alza la mano,
el héroe aguerrido,
la espada hacía la Luna,
desafiado su sino.
Ha vencido,
sobre el cadáver de aquel cruel bicho
el gran caballero sonríe henchido.
No fue fácil,
menos sencillo.
Torcerle la mano al destino.
Dejar las tierras queridas,
las viejas costumbres
y los mismos ciclos.
evadir el legado
que dejó su padre grabado,
en el futuro de sus hijos.
La princesa toma la mano,
de aquel que hasta ayer,
sólo era un campesino.
¿Cuanta gloria,
cuantos cantos,
loaran al hombre aguerrido,
al de males asesino,
al orgulloso limpiador de caminos?
Al fin el hombre sonríe satisfecho,
A sus pies el mundo goza,
ahora que ya no corren peligro
todo el reino salta de alegría,
a lo lejos algunos lloran,
pero a lo lejos.
No sé qué poso de amargura deja este canto a la victoria con esa desesperanza «a lo lejos». Ya veremos en qué termina esto 🙂 .
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Well… quizás apartados no se entienden mucho… o debería haber cambiado los títulos. La idea original era que ilustrara, junto con el otro canto final, dos finales de la misma historia.
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Reblogueó esto en Directas & Indirectas.
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