La séptima es como la quinta,
mismo lugar, distinto angulo,
pasa el tiempo pero no te toca,
ni él se atreve a mancillar tu manto.
Tu sonrisa eterna,
parece esculpida, nada la toca,
ni siquiera la vida.
A la que has de tener vuelta loca.
Y ese abismo, tras tuyo,
tentadora promesa de una vida perdida.
Saltaría en él sin dudarlo,
si lo único que se perdiese fuese mi vida.
Vistes tú hoy de abismo,
como para mí siempre has sido
y en tu pecho, las estrellas,
por las que lucharía mil guerras.
La séptima fue mi tentación,
la amada,
el vació que se llevó mi alma.
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Una hacia abajo y la siguiente hacia abajo… por mirar hacia arriba.
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Un paso en falso y allá vamos…
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