Eres el hijo de la sabiduría
su agudo mancebo
rápido como el pensamiento
llegas casi siempre con un lamento,
o con un grito —dependiendo del momento—
¿cómo lo hacen aquellos,
que te buscan dispuestos
a compartir contigo su cama
su piso sus íntimos momentos?
Hijo de la experiencia
vas armado de pies a cabeza.
¿Tendré yo la entereza
de soportar tu visita constante?
Aunque trate de ir por delante
terminas siempre dándome alcance.
Hijo del conocimiento,
déjame olvidar tu nombre al menos,
ahora cuando ese otro,
al que pertenece ese rostro
te invoca a diario,
armado y dispuesto,
a atravesar mi pecho
con tu tridente de recuerdos.
¿Buscas el olvido? Yo no tengo problema: me sobra. ¿Habrase visto otra persona más desmemoriada que yo?
Aunque reconozco que siempre hay un recuerdo que pincha el alma más de lo debido.
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👏
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MUY BUENO
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Muchísimas gracias Pippo. Me alegra que os haya gustado y aprovecho para darle la bienvenida a este humilde y sombrío reino.
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Que hermosas palabras, me gusto mucho.
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Agradecido de su tiempo y alegre de sus gustos y bienvenido, por cierto, a este rincón siniestro.
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