Calles retorcidas,
sinuosas avenidas,
callejones delicados,
o carreteras marcadas a fuego.
Para cada quien se dibuja
un mapa tan distinto,
aunque su nombre sea el mismo
para tu vida o la mía.
El dolor y la desesperanza
son su dibujantes más notables.
¿Te haces ya una idea?
Sí, has estado ahí antes.
¿Que ciudad es aquella
con ese mapa sobre piel escrita?
¿cual es el nombre de esa urbe
de pardas y rojizas vias?
Son visibles las cicatrices del cuerpo, pero las del alma, ¡ay!, las del alma son las que más duelen.
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Efectivamente señor, usted gana premio con ese comentario. 🙂
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¡Gracias, me cautivó!
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Correspondo al verbo. Saludos.
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Muy bello, Ask!!
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Gracias Rim 🙂
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Salvo una pierna con varices, no le veo parecido. Me recuerda un Cádiz del s XIX. o VIII. Pero seguro que no es.
En cuanto a las cicatrices del alma, se me ha vuelto a adelantar el mismo señor. Y es que últimamente llego tarde a todo. No por estar demasiado ocupado, sino por pereza, que todo hay que reconocerlo.
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Lo importante es llegar, de ahí cómo y cuándo, son detalles solamente.
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