Cada vez que se alinea,
la Luna con el cielo estrellado,
coge el Rey exiliado,
su máscara nívea,
su manto estropeado,
y regresa a sus tierras natales
en busca de lo dejado.
Vaga por vías conocidas
degustando el pasado,
buscando aquello que ha dejado
atrás en el olvido.
No es sencillo,
pues a veces ni siquiera recuerda,
Que busca con tanto anhelo
entre almas y entre piedras.
Hasta que el tiempo se acabe
y los aullidos lo obliguen
a volver al reino salvaje
a yacer, semidormido.
Escondido,
hasta que la convergencia
dure para siempre,
y pueda vestir la mascara y su manto
eternamente.
¡Buf! Me ha encantado la forma, pero me tengo que ir a mi rincón de hacer la digestión, a ver si mis neuronas logran digerirlo 😉 . Si es que el que es torpe 😀
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Shhh… Sólo deja que pase. 😉
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Wooooo, pura originalidad, eres grande, poeta. Besos a tu alma.
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Mmuchísimas gracias 🙂
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