Se detiene el caminante un momento,
los pies sangrantes
pedazos de estrellas entre sus dedos.
Mira adelante,
a la encrucijada,
donde el camino se abre.
El principal siguiendo a diestra cómodo y tranquilo,
uno nuevo a siniestra accidentado y emocionante,
pasea la mirada de un lado a otro,
mientras sopesa sus opciones.
La vida y sus elecciones,
que a veces llegan demasiado tarde.
duda un segundo el caminante,
de si seguir o si desviarse,
seguir la calidez del atardecer
o la sombra refrescante,
mas pronto recuerda
lo verdaderamente importante.
avanzar siempre,
siempre adelante.
Recupera el ritmo el viajero,
los pies dejando sangrantes marcas en el suelo
y, sin decidir todavía,
abandona el cuestionado sendero.
y entre ambos caminos arma su propia linea,
a campo traviesa,
entre ambos destinos,
hasta que llegase el momento
de volver al camino.
Ya hemos comentado sobre pisar estrellas caídas. Y sobre decisiones «yoyímbicas». No conozco ningún mon que represente estrellas bajo los pies. Pero sigo caminando.
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Y eso es lo importante, aunque cueste, lo importante es seguir.
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Dicotomías, en tantas ocasiones falsas.
Los términos medios, crear una opción propia, ser uno mismo…
Buen escrito, compañero 😉
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Gracias mi cubico colega.
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