El rey astado

Tras la isla de los montes anhelados,
más allá del mar de la distancia,
Se erige un castillo,
envidiable en majestuosidad y lontananza,
De sus almenados muros escapan,
prestos y armados,
caballeros, espías y soldados,
elfos, humanos y trasgos,
y una que otra criatura oscura,
reptante, en su interior oculta.
Y frente a ellos, estandarte en alto,
su rey astado encabeza la marcha.
La frente en alto, la capa ondeando a su espalda,
los cuernos, de su poderío amenaza,
brillando hasta en su sombra con una luz dorada.
—Milord, el mundo está servido—
dice una voz con petulancia.
Se eleva el brazo, se elevan los gritos,
canta un pueblo entero melodías de alabanza
mientras suben a un viejo argos sus miles de lanzas.
y, bajo el estandarte, sin ya más espera,
comienza triunfante la marcha.

23 respuestas a “El rey astado

  1. Anonadado, estupefacto, maravillado, agradecido, honrado… no sé qué más decir sin parecer que me repita.
    Si, siguiendo a Cervantes, «la alabanza propia envilece» y por ello no soy dado (pese a mi enorme ego, he de reconocerlo siendo sinceros, aunque no lo saque a pasear generalmente) a vanagloriarme, leer un homenaje de este calibre me ha hecho, en serio, acabar de leer con los ojos húmedos por la emoción. Que mis textos sean fuente de inspiración y disfrute de todos aquell@s que me leéis me satisface, pues como he dicho, no hay mejor recompensa para mí.
    Solo queda avisar: El castillo permanecerá abierto espero que por mucho tiempo, y ojalá las frases que de él salgan os sigan entreteniendo mientras siga en ello.
    De todo corazón, gracias 🙂

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