A través de su pecho,
miró extrañado,
un poco agachado,
preguntó —¿Qué es eso?
Y vio en aquel hueco,
un destello amilanado,
escondido, justo al centro,
casi casi ignorado.
La nostalgia se hizo a un lado,
la pena miro con desconfianza,
el dolor se hizo pequeño,
y el miedo dudo de su templanza.
—¿Qué es eso?—
preguntaron todos,
por aquella luz que prosperaba,
en el centro de su pecho,
en el agujero de su alma.
—¿Qué es eso?—
Insistieron,
ante aquello que los apocaba,
—¿Qué es ese brillo, esa tibieza?
esa luz que nos amilana?—
El hombre sonrió y levantó la cabeza,
mirando a lo alto dónde algo falta.
—Eso, queridos míos,
eso se llama esperanza.
Me gusta mucho ! Esperanza: la luz que nunca se puede perder 🙂
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Algo alegre debla de subir de vez en cuando ¿no?
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l’alegría es buena para el alma ❤
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Ni que lo digas Titti.
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⭐
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Esa luz que nos mantiene a veces de pie, la esperanza… Muy lindo, poeta. Besos a tu corazón.
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Únicos hilos para sostenernos a veces.
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Interesante la tensión que creas hasta desvelar qué es lo esencial de tu poema. Y es que muchas veces, si no fuera por la esperanza en algo mejor por venir, en… lo que sea, a veces todo sería muy difícil.
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Siguiendo la imagen que había mencionado antes, como una marioneta junto al abismo colgando sólo de sus esperanzadores hilos. Esperando la mano que maneja las tijeras.
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