Dijiste que con el tiempo menguaría,
que con el pasar de los días,
disminuiría.
—Ya ira a menos— dirías,
enfundada en recuerdos y melancolías.
—Sólo espera que pasen los días—
A lo lejos, luego, yo miraría,
al horizonte, a la lejanía,
E hinchado de rabia, reclamaría.
—Es mentira, era mentira—
Porque aquí estoy todavía,
llorando letras en letanía,
Con la única esperanza, en mi agonía,
de que algún día se cumpla tu profecía.
No sé cuanto más dure mi valía,
mentirosa mía.
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¿No se contrae la melancolía? Es lo que tiene la pelleja: siendo tan grande como es logra esconderse entre dos neuronas y, cuando menos te lo esperas, aparece en toda su dimensión.
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Eso, eso, uno esta creyendo que ya no queda nada y de pronto salta adelante, te da un susto d muerte y se ríe en tu cara.
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