Ama el perro infatigable,
entre lobos adoptado,
a la Luna tan lejana,
a la que temen sus compadres.
Aúllan ellos, con respeto,
quizás un poco con temor,
Aúlla él con pasión,
con dulce y secreto anhelo.
La ha visto pocas veces,
De su luz se ha embrujado.
Ellos, la han visto desde siempre,
ya saben lo que viene con su encanto.
La esclavitud,
quizás para siempre.
La perdida,
del control de sus dientes.
Ama el perro,
teme el lobo,
sonríe la Luna
ajena a todo.
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Ese coro de aullidos de especies emparentadas… y tan distintas. Hasta en cómo tratan a la Luna 😀
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