A la luz de la Luna,
se despiertan los demonios,
puede ser que le teman
y se mantengan a su vera,
pero no neguemos la verdad,
es a ella a quien veneran.
Por eso le temen
y se esconden cuando aparece.
Por eso se esconden
y la miran de reojo,
cuando su luz amanece.
Mas cuando ella se aleja,
danzan en su ausencia,
Pecando y disfrutando
destruyendo lo santo,
y al cuerpo donde se les ha ubicado.
Siete pecados capitales,
siete pecados mortales,
siete demonios danzantes.
A la orilla del lago que se vacía,
donde ella se baña durante el día.
Por introducir un poco de ligereza: Siete eran siete las hijas de Elena. ¡Ay, no! ¡Que eran tres!
Oscuro, Askmaster, pero bonito 😉
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Siete las pleyades también…. voy a investigar un poco más acerca del siete. El universo suele repetir sus patrones.
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Rechicero. No digo más.
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El octavo hijo de un octavo hijo…
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¡Leche! Es cierto. Me había equivocado. Creía que era el séptimo hijo del séptimo hijo de un séptimo hijo… Fallo mío 🙂
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No… no lo es, no es fallo. Es el universo como siempre.
Pero no quiero adelantar nada aún. 😉
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Vale. Pues esperaremos entonces a las próximas entregas 🙂
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